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Responsabilidad hacia los pobres. La Iglesia del Na-
zareno cree que Jesús mandó a sus discípulos que establecieran
una relación especial con los pobres de este mundo; que la igle-
sia de Cristo debe, en primer lugar, mantenerse sencilla y libre
de toda inclinación hacia la riqueza y la extravagancia y, en se-
gundo lugar, dedicarse a cuidar, alimentar, vestir y dar refugio
a los pobres. En toda la Biblia y en la vida y ejemplo de Jesús,
Dios ayuda y se identifica con los pobres, los oprimidos y los
indefensos en la sociedad. De la misma manera, nosotros tam-
bién hemos sido llamados a identificarnos y a solidarizarnos
con los pobres y no simplemente a ofrecer caridad desde posicio-
nes de comodidad. Sostenemos que el ministerio de compasión
entre los pobres incluye actos de caridad, y a la vez, la lucha por
proveerles oportunidad, igualdad y justicia. Creemos, además,
que la responsabilidad cristiana hacia los pobres constituye un
aspecto esencial de la vida de todo creyente que procura tener
la fe que obra mediante el amor. Finalmente, comprendemos
que la santidad cristiana es inseparable del ministerio entre los pobres, ya que impulsa al creyente más allá de su propia
perfección individual, hacia la creación de una sociedad y de un
mundo más justos y equitativos. La santidad, lejos de separar
a los creyentes de las necesidades económicas desesperantes de
la gente en nuestro mundo, nos motiva a poner nuestros medios
en servicio para aliviar tales necesidades y ajustar nuestros de-
seos de acuerdo con las necesidades de los demás. (2013)

(Éxodo 23:11; Deuteronomio 15:7; Salmos 41:1; 82:3; Proverbios 19:17; 21:13; 22:9; Jeremías 22:16; Mateo 19:21; Lucas 12:33; Hechos 20:35; 2 Corintios 9:6; Gálatas 2:10)