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Teología del ministerio de la mujer. La Iglesia del Nazareno apoya el derecho de las mujeres de utilizar sus dones espirituales dados por Dios en la iglesia y afirma el derecho histórico de las mujeres a ser elegidas y asignadas a lugares de liderazgo dentro de la Iglesia del Nazareno, incluyendo los oficios de presbítero y diácono.

El propósito de la obra redentora de Cristo es libertar la creación de Dios de la maldición de la caída. Los que están “en Cristo” son nuevas criaturas (2 Corintios 5:17). En esta comunidad redentora, ningún ser humano debe ser considerado como inferior sobre la base de la condición social, raza o género (Gálatas 3:26–28).

Reconociendo la aparente paradoja creada por la instrucción de Pablo a Timoteo (1 Timoteo 2:11–12) y a la iglesia en Corinto (1 Corintios 14:33–34), creemos que interpretar estos pasajes como limitante del papel de la mujer en el ministerio, presenta serios conflictos con pasajes específicos de la Escritura que ordenan la participación femenina en papeles del liderazgo espiritual (Joel 2:28–29, Hechos 2:17–18 ; 21:8-9, Romanos 16:1, 3, 7; Filipenses 4:2–3), y viola el espíritu y la práctica de la tradición wesleyana de santidad. Por último, es incompatible con el carácter de Dios presentado en toda la Escritura, especialmente como se revela en la persona de Jesucristo.