20

Reconociendo que el derecho y el privilegio de las personas a la membresía de la iglesia se basan en que sean regeneradas, sólo requerimos la declaración de fe que es esencial en la experiencia cristiana. Por lo tanto, consideramos que es suficiente creer en las siguientes declaraciones breves. Creemos:

20.1

En un solo Dios—el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

20.2

Que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos, dadas por inspiración plenaria, contienen toda la verdad necesaria para la fe y la vida cristiana.

20.3

Que el ser humano nace con una naturaleza caída y, por tanto, está inclinado al mal y esto de continuo.

20.4

Que los que permanecen impenitentes hasta el fin, están perdidos eternamente y sin esperanza.

20.5

Que la expiación por medio de Jesucristo es para toda la raza humana; y que todo aquel que se arrepiente y cree en el Señor Jesucristo es justificado, regenerado y salvado del dominio del pecado.

20.6

Que los creyentes deben ser enteramente santificados, subsecuentemente a la regeneración, mediante la fe en el Señor Jesucristo.

20.7

Que el Espíritu Santo da testimonio del nuevo nacimiento y también de la entera santificación de los creyentes.

20.8

Que nuestro Señor volverá, que los muertos resucitarán y que se llevará a cabo el juicio final.